Navegando por la web, algunas veces nos perdemos y no sabemos por dónde seguir nuestro camino. Necesitamos que alguien nos ayude. La solución es la creación de un nuevo personaje: el asistente personal. El perfil de estos asistentes es el de una mujer - yo aún no he dado con ningún asistente masculino - que se nos presenta sonriente y dispuesta a resolver nuestras dudas. Pero, aunque no dudo que su intención es buena, su capacidad para resolver dudas es todavía muy limitada. El nivel de interacción con nuestros ayudantes es pequeño y, a menudo, después de dar algunas vueltas, no conseguimos ir a ningún lado.
Me ha pasado en la web de Ikea en la que me he encontrado con Anna. Anna intenta imitar un diálogo personal con el cliente basado en preguntas y respuestas.
Y además, es bastante expresiva... ¡la cara que se le queda cuando no entiende nuestra pregunta!

Entonces, con humildad, nos dice cosas como "¿Podrías decírmelo de otro modo? No he entendido bien tus palabras. Recuerda que acabo de empezar a trabajar para IKEA".
He intentado que Anna me ayude explicándome como montar una mesa que acabo de comprarme. Pero no he conseguido información útil ya que me ha remitido a ver ese producto o ir a la tienda más cercana para contratar su montaje.
Me he encontrado con otra asistenta personal que también se llama Ana (esta vez con una sola "n"). La Ana de Women's Secret es más fashion. Y no sólo pestañea sino que también arquea seductoramente las cejas. El diálogo que se establece con Ana es menos personalizado. Ana ya sabe que, en el fondo, la mayoría de los clientes queremos saber las mismas cosas. Así que nos ofrece la opción de consultar las preguntas más frecuentes, qué preguntas han hecho otras chicas, y, aún así, tenemos una duda que nadie ha planteado, podemos mandar un email que ya se nos responderá... pronto...
Aunque, en estos momentos, los resultados de interactuar con nuestros asistentes aún son insatisfactorios, no se nos pueden escapar sus posibilidades. Está bien que sigan sonriendo y dispuestos a resolver dudas pero es necesario que aumenten su efectividad. También podríamos crear asistentes personales con intención. ¿Qué intención? La de persuadirnos para que compremos más. O, ¿es que nunca te has comprado unos pantalones porqué la dependienta insistía en lo bien que te quedaban?