persuabilidad. el arte de convertir

Descuentos en la bandeja de entrada

Ya os hablaba hace unos días de la importancia de la persuabilidad en el email. Acabo de recibir una nueva buena práctica de Overstock, un vale de descuento: Thank you - 10% coupon. ¡Me gusta como se comunica conmigo este site!

Persuabilidad en mi email

Últimamente he recibido algunos emails en mi bandeja de entrada que me han hecho ver la gran importancia que tienen los emails persuasivos para conseguir que me interese por algunas propuestas y, porqué no, para que participe. Y es que, aunque cada día recibimos gran cantidad de emails que no nos sirven para nada y que borramos sin leer, los emails pueden resultar una buena herramienta para convencernos puesto que pueden ser muy personales y contextualizados.

Cómo muestra un par de ejemplos.

Desde que Hillary Clinton inició su campaña online que estoy suscrita a su Newsletter. La semana pasada, Hillary se propuso un ambicioso objetivo de recaudación: “1 semana, 1 millón”. La estrategia online iba acompañada de diferentes envíos de emails que buscaban generar ilusión en el proyecto de Hillary. Para ello, recibí algunos emails firmados por grandes figuras del partido demócrata (nada más ni nada menos que el expresidente Bill Clinton y Madeleine Albright) explicando porqué Hillary es la mejor opción para la presidencia – siempre con un toque personal y emotivo – y porqué sus seguidores somos tan importantes para que la campaña tenga éxito.

 

Otro buen ejemplo viene del campo del eCommerce. Después de inscribirme en la web de Overstock y poner algunos productos en el Carrito de Compra, abandoné el site sin materializar la compra. Al día siguiente me encontré con el siguiente email:

En él, lo que pretenden es poner fácil la compra de los productos. Por eso, las llamadas a la acción que me invitan a comprar son muy claras así como los argumentos de refuerzo de la compra online: precio del envío, garantía de mejor precio online y pocos productos en stock (para generar la sensación de urgencia). Sólo un fallo: en lugar de “dear customer” sería mucho mejor llamarme por mi nombre. Así me sentiría más especial. ;-)